Las Pinturas
Negras de
Goya (1820-23)

Las Pinturas Negras son una serie de catorce pinturas ejecutadas por Goya al comienzo de la Victoria liberal de enero de 1820 que concluyó con la aceptación por parte de Fernando VII de la constitución liberal. Estas pinturas, generalmente oscuras tanto en tono como en tema, fueron en principio murales pintados sobre las paredes de dos habitaciones de la casa de Goya, llamada la Quinta del Sordo. De acuerdo al inventario de Antonio Brugada había siete murales en la planta baja y ocho en el primer piso, lo que implica que faltaba al menos una pintura, que podría estar en una colección privada. Los murales fueron pintados originalmente sobre murales existentes en la casa. Goya aprovechó incluso un paisaje existente en “Lucha con garrotes”. La ubicación in situ de los murales aparece bastante preservada en el inventario fotográfico de Jean Laurant de 1874, el mismo año en que comenzó la tarea de restauración y transferencia de los murales. Actualmente se los puede ver fijados en una tela en el Museo del Prado de Madrid.

El historiador de arte Juan José Junquera ha publicado recientemente un informe en el que expresa con certeza que las llamadas Pinturas Negras de ninguna manera pudieran haber sido pintadas por Goya. La teoría de Junquera se basa en que las pinturas fueron ejecutadas después de la muerte de Goya y que el autor podría ser su hijo Javier, que tenía un talento artístico propio. Goya nunca las mencionó mientras vivía y una búsqueda exhaustiva en los archivos franceses y españoles brindó muy poca información como para confirmar la autoría de Goya. Junquera señala que la documentación sobre estas pinturas aparece en el inventario de Brugada, realizado supuestamente en 1828, aunque algunas inconsistencias en el lenguaje podrían sugerir que se hizo más tarde. Las autoridades del Museo del Prado no están de acuerdo con que falte una evidencia documental sobre las Pinturas Negras que las relacione con Goya y respondieron al informe publicado diciendo que encontraron incompleta la evidencia de Junquera como para eliminar las famosas catorce pinturas de la obra de Goya.

La Quinta del Sordo fue legada a Mariano Goya y Goicoechea, nieto de Goya, en 1823, cuando regresa el Rey Fernando VII y se avecinaba la Inquisición. En 1830 se hizo un inventario, cuando se casó Mariano, que no menciona la existencia del segundo piso de la residencia. Este piso había sido planeado por Goya para ser usado sólo después de su muerte. Las dificultades económicas de Mariano lo indujeron a la venta de la casa en 1859 y, quizás para facilitar la venta y la rentabilidad de la operación, de acuerdo a lo que supuso Junquera, Mariano aseguró al comprador que las pinturas de decoración habían sido hechas por su abuelo, Goya. Junquera también señala la continuidad estilística de los trabajos como sospechosa, insistiendo en que las similitudes están calculadas y ubicadas cuidadosamente por un copista talentoso. Junquera expresó la esperanza de que futuros estudios técnicos echen claridad sobre la autoría de estos trabajos famosos.

Self-Portrait, Degas, 1855

El Gran Cabrón/Aquelarre

Self-Portrait, Degas, 1855

Peregrinación a la fuente de San Isidro/Procesión del Santo Oficio

Self-Portrait, Degas, 1855

Atropos

Self-Portrait, Degas, 1855

Dos viejos comiendo sopa

Self-Portrait, Degas, 1855

Judith y Holofernes

Self-Portrait, Degas, 1855

Dos Monjes

Self-Portrait, Degas, 1855

Riña a garrotazos o Duelo a garrotazos

Self-Portrait, Degas, 1855

La Lectura

Self-Portrait, Degas, 1855

La romería de San Isidro

Self-Portrait, Degas, 1855

Dos Mujeres y un hombre

Self-Portrait, Degas, 1855

El Perro

Self-Portrait, Degas, 1855

Saturno devorando a su hijo

Self-Portrait, Degas, 1855

Una manola: doña Leocadia Zorrilla

Self-Portrait, Degas, 1855

Visión fantástica